Atracador había salido libre con garantías falsas
Da Silva presentó un contrato laboral falso. El restaurante donde supuestamente trabajaba estaba cerrado hace más de seis meses. El lugar alquilado era la casa de la madre de su concubina.
Aquí, en la Celso Castedo N.º 142, debería estar Abrilú, pero cerró hace meses, según los vecinos
“La pensión lleva cerrada más de seis meses, todo el año. El dueño tenía una cocinera y lo ayudaba su esposa y su madre. Nunca vimos a un hombre trabajando, menos un brasileño”, dice una mujer, mientras sale del garaje de la calle Celso Castedo N.º 142. Según los documentos presentados por Antonio Adao Da Silva Costa para cambiar su detención en Chonchocoro por un arresto domiciliario en Santa Cruz, aquí debería funcionar Abrilú, pero solo hay una puerta cerrada y ni rastro de Mauricio Mayser Gómez, su supuesto empleador, que ayer no contestó el teléfono.
Así, con un trabajo en un lugar que hace meses no existe, el 23 de junio, Da Silva Costa, el brasileño que supuestamente encabezaba a los atracadores de la importadora Eurochronos, logró salir de Chonchocoro y mudarse a Santa Cruz, gracias a una disposición del juez sexto de instrucción en lo penal de La Paz, Fernando Rivadeneira, que ahora es investigado por el Consejo de la Magistratura.
Consultado sobre cómo se puede dar libertad a un supuesto delincuente sin verificar sus garantías, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, calificó el hecho de inexplicable, pero adelantó que aún se investigan hechos más graves que podrían ligar al atracador abatido con el juez que le dio su libertad.
Solo dos semanas
En una casa antigua de la zona del Avión Pirata, Alcira Vaca cuida una pulpería con anaqueles despoblados de productos para vender. Flaca, de voz tenue, cabellos de plata y ojos de cielo, Alcira Vaca se ha quedado sola a los 79 años. Su única compañera era Sandra Guzmán, su hija, que ayer fue enviada a la cárcel por un juez cautelar, acusada de formar parte de la banda de atracadores.
“Estaba loca por él. Decía que era su amor, pero cómo podía ser su amor si no lo conocía”, se pregunta Alcira.
Así, con un trabajo en un lugar que hace meses no existe, el 23 de junio, Da Silva Costa, el brasileño que supuestamente encabezaba a los atracadores de la importadora Eurochronos, logró salir de Chonchocoro y mudarse a Santa Cruz, gracias a una disposición del juez sexto de instrucción en lo penal de La Paz, Fernando Rivadeneira, que ahora es investigado por el Consejo de la Magistratura.
Consultado sobre cómo se puede dar libertad a un supuesto delincuente sin verificar sus garantías, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, calificó el hecho de inexplicable, pero adelantó que aún se investigan hechos más graves que podrían ligar al atracador abatido con el juez que le dio su libertad.
Solo dos semanas
En una casa antigua de la zona del Avión Pirata, Alcira Vaca cuida una pulpería con anaqueles despoblados de productos para vender. Flaca, de voz tenue, cabellos de plata y ojos de cielo, Alcira Vaca se ha quedado sola a los 79 años. Su única compañera era Sandra Guzmán, su hija, que ayer fue enviada a la cárcel por un juez cautelar, acusada de formar parte de la banda de atracadores.
“Estaba loca por él. Decía que era su amor, pero cómo podía ser su amor si no lo conocía”, se pregunta Alcira.
Sandra llevó al hombre recién salido de Chonchocoro a vivir a la casa de su madre. Se quedaron en un cuartito del fondo, por el que supuestamente Da Silva Costa pagaría un alquiler de Bs 700. Al menos así consta en el documento con el que obtuvo su libertad.
Alcira no cree que en las dos semanas que estuvo en su casa, el ‘Negro’, como lo conocían, haya salido un solo día a trabajar. “Se encerraban allá, en su cuarto. Yo no sabía quién era él, tenía miedo, así que pegaba todas mis puertas y me quedaba acá”, dice entre susurros.
En el documento se establecía que Da Silva Costa debía trabajar entre las 7:00 y las 15:00 a cambio de un salario mensual de Bs 1.800. Las dos semanas que pasó en Santa Cruz las usó para planificar el atraco frustrado que el jueves ensangrentó la esquina de las avenidas Irala y Velarde.
Rivadeneira se defiende
Los 30 meses que Da Silva llevaba detenido en Chonchocoro por golpear a un policía, son el principal argumento del juez Fernando Rivadeneira para otorgarle prisión domiciliaria. Asegura que su determinación se basa en el Código de Procedimiento Penal, que limita el tiempo de detención sin acusación formal a 12 meses y a 24 meses de prisión sin sentencia.
Aseguró que esos elementos fueron esgrimidos por el abogado defensor, Iván Perales, que ahora se convirtió en juez anticorrupción y condenó hace unas semanas a Gabriela Zapata, expareja de Evo Morales, a 10 años de prisión por legitimación de ganancias ilícitas. Luego se postuló al Tribunal Supremo de Justicia.
Rivadeneira acusa a Perales de haber ocultado los antecedentes de Da Silva en Brasil, donde era buscado por asesinar policías, y asegura que ni el Ministerio de Gobierno ni la Fiscalía se presentaron a la audiencia de cesación de detención. “Si no atendía su pedido, podía ser procesado por prevaricato”, se defiende el juez.
Wílber Choque, presidente del Consejo de la Magistratura, anunció ayer que se analizará el caso para determinar si el juez tiene responsabilidad. Orlando Ríos, decano de la institución, aseguró que una vez reciban el reporte, actuarán con la celeridad que el caso amerita.
Fuente: El Deber Pablo Ortiz / Marco Chuquimia
Alcira no cree que en las dos semanas que estuvo en su casa, el ‘Negro’, como lo conocían, haya salido un solo día a trabajar. “Se encerraban allá, en su cuarto. Yo no sabía quién era él, tenía miedo, así que pegaba todas mis puertas y me quedaba acá”, dice entre susurros.
En el documento se establecía que Da Silva Costa debía trabajar entre las 7:00 y las 15:00 a cambio de un salario mensual de Bs 1.800. Las dos semanas que pasó en Santa Cruz las usó para planificar el atraco frustrado que el jueves ensangrentó la esquina de las avenidas Irala y Velarde.
Rivadeneira se defiende
Los 30 meses que Da Silva llevaba detenido en Chonchocoro por golpear a un policía, son el principal argumento del juez Fernando Rivadeneira para otorgarle prisión domiciliaria. Asegura que su determinación se basa en el Código de Procedimiento Penal, que limita el tiempo de detención sin acusación formal a 12 meses y a 24 meses de prisión sin sentencia.
Aseguró que esos elementos fueron esgrimidos por el abogado defensor, Iván Perales, que ahora se convirtió en juez anticorrupción y condenó hace unas semanas a Gabriela Zapata, expareja de Evo Morales, a 10 años de prisión por legitimación de ganancias ilícitas. Luego se postuló al Tribunal Supremo de Justicia.
Rivadeneira acusa a Perales de haber ocultado los antecedentes de Da Silva en Brasil, donde era buscado por asesinar policías, y asegura que ni el Ministerio de Gobierno ni la Fiscalía se presentaron a la audiencia de cesación de detención. “Si no atendía su pedido, podía ser procesado por prevaricato”, se defiende el juez.
Wílber Choque, presidente del Consejo de la Magistratura, anunció ayer que se analizará el caso para determinar si el juez tiene responsabilidad. Orlando Ríos, decano de la institución, aseguró que una vez reciban el reporte, actuarán con la celeridad que el caso amerita.
Fuente: El Deber Pablo Ortiz / Marco Chuquimia