Cholets para perros, un hogar de lujo

El veterinario, adiestrador y diseñador los vende entre Bs 1.500 y 2.300.

Alexander Mamani Quispe, veterinario y adiestrador paceño, es el creador de las casas para perros con forma de cholets que vende en El Alto. Algunas tienen incluso instalación eléctrica.
Inspiración. Mamani posa junto a su can, Coco, cerca de uno de los cholets que sirvió de modelo para sus creaciones. Foto: Álvaro Valero
El visionario de 42 años, consideró que si en Cochabamba se construían casas de perros con la forma de chalets, en El Alto éstas tendrían que imitar a los representantes de la arquitectura de esta urbe: los cholets.

Se inspiró en los edificios que están cerca de su veterinaria, que queda en la Plaza de la Cruz, camino a Villa Adela en El Alto, y en algunos otros. Si bien también vendió modelos ya construidos, la mayor parte de las casitas fueron hechas a pedido. Para diseñarlas considera primero la comodidad del perro que la habitará. 

“Antes que nada, vemos si es un perro de raza grande o pequeña. Después, si es que la familia tiene otras mascotas, porque hay animalitos que viven juntos y que no pueden estar separados, entonces podemos hacer una sola casa para los dos, por ejemplo, y luego consultamos  con el cliente qué modelo le gusta más. De todo eso depende el precio que puede variar entre 1.500 y 2.300”.

Para Mamani, si el hogar del dueño es un cholet, la casa de sus mascotas debería hacer juego, lo mismo para las construcciones más tradicionales. Por eso, tiene diferentes modelos, además de aquellos que imitan a las construcciones andinas. Entre ellos hay diseños minimalistas y chalets clásicos.

A pedido de sus clientes realiza todo tipo de innovaciones. Desde comideros y bebederos incorporados, hasta instalaciones eléctricas que permiten tener luz dentro de la casa.

“Vendí tres modelos con luz e interruptor incorporados, pero la verdad es que hay que tener mucho cuidado. Tengo que enseñarle al dueño cómo hacer la instalación y saber que está atento a su perrito, porque son curiosos y destructores. Otra cosa que quiero intentar es poner camas eléctricas que utilicen pequeños paneles solares. ¡Se puede hacer de todo!”, explica el diseñador.

Mamani tarda más o menos tres semanas en hacer cada casa, porque utiliza material reciclado que debe recolectar. Sus creaciones están hechas principalmente en madera, que asevera es el mejor material porque mantiene el calor.

“He hecho la prueba con metal, cartón prensado, madera e incluso con restos de tejas. Lo mejor es la madera que puedo comprar barato o incluso recoger de lo que otra gente bota”.
Variedad. Alexander Mamani, junto a los chalets que también construye. Foto: Alexander Mamani
Otra razón por la que solo puede dedicarse a esto en sus ratos libres es porque pone su energía en terminar su carrera en Medicina Veterinaria y Zootecnia, en la Universidad Pública de El Alto y en atender la clínica para animales que lleva su nombre.

Antes de emprender sus estudios en Bolivia, recibió una beca para estudiar etología y comportamiento canino en búsqueda y rescate, en El Salvador. Allí pasó dos años aprendiendo sobre adiestramiento, que ahora usa para complementar su trabajo de tesis y para dar cursos y charlas.

Gracias a sus estudios entendió que los animales que nos acompañan deben ser tratados con cariño, pero también darles  su espacio. “Me enseñaron que a los canes hay que tratarlos como compañeros de trabajo, hay que darles cariño y cuidado, pero también estar conscientes que pueden contagiarnos enfermedades, por lo que deben tener un espacio propio para dormir y comer”.
Fuente: La Razón -  Naira de la Zerda

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