Vice dice que en RRSS se puede gatillar temores e ignorancias para fines políticos

Álvaro García Linera escribió sobre la clase media decadente, las emergente de las clases populares, el internet y las redes sociales en un artículo publicado en el suplemento Animal Político de La Razón.
El vicepresidente Álvaro García Linera. Foto: La Razón
El vicepresidente ÁlVaro García Linera postula que las redes sociales y el WhatsApp son espacios sin territorio, abiertas al anonimato, a la individualidad carente de responsabilidad y propensa a la manipulación desde donde se puede “gatillar” los temores e ignorancias más primitivas y desde donde las clases medias pueden actuar de manera política.




El Mandatario complementó su análisis sobre las clases medias tradicionales y la emergencia de una nueva emergente de los sectores populares, en un nuevo artículo en el suplemente Animal Político del diario paceño La Razón.

En esta publicación orientó sus críticas a los sectores conservadores a quienes dice que en vez de enfrentar el debate conceptual y estadístico sobre las clases medias han preferido ocultarse en sus limitaciones intelectuales y recurrir al agravio.

“En vez de proponer una manera distinta de conceptualizar a las clases medias o sus procesos de movilidad y sus discursos organizadores han reclamado el que se les diga “decadentes”, sostuvo.

El término utilizado en un anterior artículo no fue planteado como un adjetivo “descalificador” sino como categoría que describe un proceso objetivo de crecimiento demográfico de la clase media, precisa.

Reitera que la redistribución de la riqueza en el fondo ha dado paso al surgimiento de una nueva clase media, que antes tenía otros ocupantes y que ahora tienen que compartir ese espacio social con los sectores advenedizos.




Por lo que la “clase media tradicional” tiene como desafío fijar una estrategia para recuperar su espacio de “exclusividad”, de lo contrario “está claro que tenderá a descender socialmente, es decir, ubicarse como decadente”. Explica que se trata de un proceso de desclasamiento y reenclasamiento social, “y nadie, con un poco de inteligencia debería enojarse por ello”,  dice.

En su escrito alude al expresidente Carlos Mesa por su extravío histórico “al considerar que la clase media fuera la depositaria de los valores democráticos, dejando entender que el resto de las clases populares fueran antidemocráticas y autoritarias".

Explica que esta visión apegada a lo aristotélico no solo reproduce el viejo prejuicio señorial sobre la "incivilidad" de las clases populares, sino que también borra injustamente la evidencia histórica de quienes recuperaron la democracia.

Pero García Linera también se adentra a analizar a la nueva clase media proveniente de las clases populares porque éstas ya no militan en un espacio territorial y su modo de “unificación política es una incógnita”.

Aunque advierte que las nuevas “condiciones de vida, sus aspiraciones de reconocimiento y sus nuevas expectativas parecidas a las de la clase media tradicional, la pueden llevar a inclinarse por la irradiación conservadora de la clase media descendente”.

Asimismo se refiere al internet al que concibe como un soporte tecnológico que se convierte en el primer soporte adecuado a la individuación y desterritorializada propia de las clases medias. Identifica al Facebook y el WhatsApp como los espacios de construcción de las nuevas comunidades de usuarios que en su soledad pueden comunicarse y hallar espacios de reconocimiento, identidad y militancia.

“En cierta medida el WhatsApp y las redes sociales son una suerte de atenuado y aséptico sindicalismo desterritorializado, pero con capacidad de producir conocimientos, sedimentar emociones y anclar certidumbres colectivas”, afirma el Mandatario.




Asimismo, asegura que su impacto político está “en unir criterios y movilizar expectativas sin necesidad de reunir personas, incluso en el anonimato carente de responsabilidad pública o contraparte atenuante, es propenso a la manipulación para gatillar los temores, ignorancias y emociones más primitivas para alcanzar un objetivo político”.

Ve a las redes sociales en el lugar más rápido, generalizado e irresponsable para producir “pos-verdades”, falsedades emotivamente manipuladas para aparecer como verdades temporales, que en su opinión fue lo que se produjo con el Código del Sistema Penal. “Son precisamente las redes sociales convertidas hoy en el lugar de concurrencia privilegiada de las clases medias”.
Fuente: ANF

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