Represión de Chaparina fue para beneficiar a OAS

Los últimos develamientos del expresidente de la empresa OAS, Leo Pinheiro, quien reveló que el presidente Evo Morales estaba dispuesto a beneficiar económicamente a dicha firma con la construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignácio de Moxos, explican los motivos de la violenta represión de Chaparina (2011) que hizo el Gobierno contra los indígenas del oriente del país que marchaban en defensa del Tipnis.
A esa conclusión llegó el candidato a diputado de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Alarcón, después de las revelaciones de Pinheiro.




Según El País de España, Leo Pinheiro, quien dejó la cárcel cuatro días atrás para beneficiarse con detención domiciliaria, reveló que el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que el presidente de Bolivia, Evo Morales, “estaría dispuesto a compensar económicamente a la empresa” con otro contrato, la construcción de la carretera de Villa Tunari - San Ignacio de Moxo, la frustrada carretera que proyectaba atravesar el corazón del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).

Según Pinheiro, a través de un acuerdo entre Lula y Morales, Bolivia retiró las sanciones que había impuesto a la brasileña Queiroz Galvão y autorizó que OAS asumiera las obras de la carretera Tarija-Potosí. Como “compensación”, la constructora habría obtenido el contrato de Villa Tunari - San Ignacio de Moxos.

“Ahora se explica con este antecedente porqué existió una feroz y brutal represión en Chaparina a los indígenas del oriente porque el costo político de esa represión para el gobierno nacional solo puede tener una explicación en un alto interés económico para beneficiar a la empresa OAS”, afirmó al respecto Carlos Alarcón.

Precisamente por dicha represión a los indígenas que repercutió a nivel internacional, OAS acabó perdiendo el contrato, además por el retraso en la concesión del crédito por parte del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) para asumir el proyecto.

Sin embargo, la concesión la tenía otra constructora brasileña, Queiroz Galvão, que no estaba cumpliendo las condiciones del acuerdo.
Fuente: El Diario

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