Guerreros digitales eran presionados con su fuente laboral, dice ministra de comunicación
Roxana Lizárraga también anunció una auditoría al Ministerio, de todo el presupuesto ejecutado, y se comprometió a respetar los puestos de los guerreros, pero dijo que habrá algunos cambios.
Ministra de Comunicación Roxana Lizárraga, Foto: Internet.
“Presionaban a estas personas que estaban trabajando, con su fuente laboral, diciéndoles la línea que tenían que desempeñar. En algunos casos los guerreros digitales pasarán a cumplir algún otro tipo de tarea. Ya pedí una auditoría al Ministerio de Comunicación de todo el presupuesto que se ha ejecutado, a quiénes se ha pagado, a quiénes se debe y cuáles son los contratos que existen. Ya tengo una auditoría externa y espero que coincida con lo que ya está manejando el Ministerio”, dijo a los medios Roxana Lizárraga, ministra de Comunicación del Gobierno de transición, sobre la realidad de estas personas que desempeñaban funciones apuntadas al ámbito de las redes sociales.
En esta oportunidad, Lizárraga se mostró menos tajante que en sus primeras declaraciones después del nombramiento, cuando manifestó que los guerreros digitales, defensores de la gestión del ex presidente Evo Morales en las redes sociales, no tienen lugar en el Gobierno de transición.
“Los guerreros digitales ya tienen una carta de despido. No los necesitamos en esta coyuntura, lo que necesitamos es una prensa irreverente al poder, pero también necesitamos un periodismo serio que informe de la verdad", dijo en sus primeras declaraciones.
Los guerreros del MAS.
Los trabajadores de función pública que cumplen con lo que se llamó ‘guerreros digitales’ son miembros de las Juventudes del Movimiento Al Socialismo (MAS), fueron capacitados en los distintos departamentos de Bolivia para difundir la gestión del presidente Evo Morales, la agenda 2020-2025 y para responder a los opositores en las redes sociales.
En su momento, el ejecutivo nacional de Juventudes del MAS, Marco Choque dio a conocer que los guerreros recibían una lista de opositores a los que debían atacar de forma sistemática, entre ellos figuraban políticos y periodistas como Andrés Gómez Vela y Raúl Peñaranda.
Fuente: El Deber