Acusan a BoA de haber extraviado un medicamento en un viaje de Brasil a Santa Cruz

Una pareja boliviana que viajaba en un vuelo de BoA desde San Pablo hasta Santa Cruz el 20 de octubre pasado y que llevaba una inyección para el tratamiento de una enfermedad ósea de su hija, denunció que el personal de la línea aérea reemplazó la misma durante el vuelo por una crema a medio uso.

Suman las denuncias contra la estatal BoA. Fotos: Internet.

Víctor Hebbia y Yolanda Lobo de Hebbia tomaron el vuelo desde San Pablo llevando una inyección de Prolia, que no existe en Bolivia, en una pequeña caja de plastoformo que estaba enfriada con hielo en gel. Al abordar el avión le pidieron a la tripulación que colocara la caja en el refrigerador ya que el medicamento debe estar permanentemente enfriado.



Al llegar a Santa Cruz, cuando pidieron que se les devolviera la caja, las azafatas demoraron mucho en hacerlo y dieron respuestas vagas por esa tardanza. Luego de mucho rato, dice una carta de queja enviada por los esposos Hebbia-Lobo a BoA, les fue devuelta, pero cuando esta fue abierta ya fuera del aeropuerto, para ponerle la inyección a su hija, la sorpresa fue mayúscula al ver que había sido sustituida por un frasco usado de crema para la piel.

Al volver al aeropuerto para presentar la queja sobre esta insólita situación, nadie de la empresa dio una respuesta sobre el hecho.

Desde el 20 de octubre ningún ejecutivo de BoA ha pedido disculpas por esta situación y menos dado una explicación de cómo semejante situación pudiera ocurrir.

Los esposos Hebbia-Lobo han mostrado las facturas de la compra de la inyección, que tiene un costo de 180 dólares en Brasil y que su hija requiere con urgencia.

No se sabe si el personal de la tripulación sustrajo la inyección, la malograron, la perdieron o qué hicieron y, después, de manera tramposa y vil, la reemplazaron con un tubo de crema a medio uso.

BoA atraviesa por una crisis de servicio de gran magnitud. Prácticamente todos sus vuelos salen con demora, a algunos pasajeros los envían a hacer escalas en ciudades que no estaban previstas en los viajes y otros vuelos son simplemente cancelados.

Las pésimas condiciones de organización interna de la empresa se reflejaron también en diciembre del año pasado, cuando BoA extravió al gato Tito, que había abordado en viaje de Tarija a Santa Cruz. El gobierno, que administra BoA, no supo explicar qué sucedió con la mascota y lo único que atinó a hacer fue la ridiculez de contratar a una “médium” que “se comunica con los animales” y que por supuesto no logró resolver la situación.



El gobierno ha tomado medidas para debilitar la competencia privada aérea, por lo cual BoA es prácticamente un monopolio en Bolivia. Como tal, les impide a los usuarios tener otras opciones.

Fuente: Brújula Digital

Te puede interesar:

Usamos cookies propias y de terceros para ayudarte en tu navegación. Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK | más información