Juez beneficia con detención domiciliaria a Jhasmani Torrico
La dependencia judicial dictó para el “abogado torturador” sustitutivas con un custodio, fianza de 60 mil bolivianos y tiene prohibido acercarse a la víctima que busca justicia desde 2018.
Jhasmani Torrico, conocido como el "abogado del diablo”. Fotos: Internet.
Tribunal de Sentencia de Quillacollo favoreció este martes con detención domiciliaria a Jhasmani Torrico, conocido como el “abogado torturador o del diablo”, en el “caso mecánico” porque considera que no existen riesgos para la víctima. Ese era el único proceso que mantenía al imputado con detención preventiva.
La Fiscalía apeló esa resolución y esperan que se revoque esa medida sustitutiva, de acuerdo con información de allegados al proceso.
El Tribunal dispuso que cumpla su arresto domiciliario con un custodio y deberá pagar una fianza de 60 mil bolivianos. Además, debe presentarse cada semana ante el Tribunal y tiene prohibido acercarse a la víctima.
La parte denunciante lamentó que la presidenta del Tribunal haya planteado la conciliación entre la víctima y el demandado.
La instancia judicial suspendió el juicio oral por el “caso mecánico” para atender el recurso de Jhasmani Torrico y el dictamen salió a su favor.
En tanto, el juicio seguirá su curso.
Entre las últimas declaraciones, está la de la perito en psicología que prestó su declaración y aún queda la presentación de la prueba documental, luego de la acusación particular y de la defensa.
Sobre la determinación, Jhasmani Torrico, en entrevista con Red Uno, dijo que cumplirá las medidas sustitutivas y se someterá al proceso e indicó que “no tiene por qué acercarse a ese caballero” refiriéndose a la víctima.
“Me interesa que las autoridades judiciales se enteren de todos los abusos y arbitrariedades que el Ministerio Público ha cometido (…). De ahí a que me sentencien o no me tiene sin cuidado”, señaló.
Sin embargo, la Fiscalía, en entrevistas anteriores, aseguró que presentarán las pruebas que demuestran la comisión de los delitos.
Peregrinación.
Juan Antonio Cuéllar no ha dejado de temblar desde el 16 de marzo de 2018, cuando la desgracia tocó a la puerta de su taller mecánico, en la localidad de Tiquipaya.
Ese día, tres hombres fueron al lugar a pedir auxilio para su carro y el mecánico salió con sus herramientas. Subió al taxi hasta llegar a un Toyota RAV4 que tenía el capó abierto, donde lo redujeron, le hicieron toques eléctricos y le vendaron los ojos para llevarlo hasta un inmueble donde lo torturaron sumergiéndole la cabeza en un bañador con agua y a golpes, para obligarlo a firmar un documento en el que admitía que le devolvieron 20 mil dólares. Le tomaron fotos contando billetes, junto a los dueños de la propiedad que ocupaba en anticrético, pero no le dieron ni un dólar.
Jhasmani Torrico estaba entre las personas que lo torturaban y daba órdenes para que lo golpearan. El mecánico pese a las amenazas denunció al “abogado torturador” y a sus cómplices, por secuestro, extorsión, lesiones graves y leves, en búsqueda de justicia y con la esperanza de recuperar sus ahorros.
Fuente: Opinión