Arce advierte que Bolivia no regalará su litio; cree difícil cumplir metas de la ONU por crisis

El presidente Luis Arce defendió el modelo de explotación de litio que impulsa Bolivia, en la perspectiva de tener una soberanía sobre este recurso natural e industrializarlo, para "no repetir la historia" de “expoliación” y “saqueo”.

Luis Arce en un discurso en la ONU. Fotos: Internet, captura panampost Fotos: Internet.

“Estamos dispuestos a contribuir al mundo entero siendo Bolivia el país de mayor reservas de litio en el mundo. Estamos dispuestos a compartir este recurso con el planeta entero, pero también necesitamos desarrollarnos, necesitamos crecer y no vamos a regalar nuestro litio. Vamos a industrializar en beneficio del pueblo boliviano”, dijo el Mandatario, en entrevista con TeleSur.

Anteriormente, Arce aseguró que Bolivia tiene cuantificadas 23 millones de toneladas de litio, que la hace la reserva más grande del mundo.



Señaló que, con este recurso, Bolivia no está dispuesta a repetir la historia de saqueo, como ocurrió con la explotación de la plata de Potosí, o después con el estaño y los hidrocarburos.

“Escuchamos con mucha preocupación lo que algunos personeros de Gobierno extranjeros se refieren a nuestras reservas de litio, a nuestras reservas mineralógicas, a nuestras reservas de los acuíferos y nos preocupa, porque no estamos dispuestos a que se repita la historia del pasado”, sostuvo Arce.

Durante este período, ya se firmaron convenios con empresas de China y Rusia para la explotación del litio, sin embargo, hay críticas de opositores que cuestionan la idoneidad de estos acuerdos y reclaman transparencia.

La crisis climática y compromisos.

Arce consideró que la actual situación económica y climática hace complicado alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por Naciones Unidas y advirtió que la realidad y velocidad con la que viene la crisis climática está superando los discursos “de buenos deseos” y “va a ganar” también a los países ricos.

Se mostró preocupado por la situación del cambio climático, pero sobre todo por la falta de una respuesta concreta de organismos como Naciones Unidas y países industrializados. “Lamentablemente, todavía no se ha aterrizado en Naciones Unidas en nada concreto para resolver este tema”.

Precisamente, este tema lo puso en mesa de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas de Nueva York, donde no solo demandó a países industrializados asumir su responsabilidad sino compensar a los países en desarrollo para la mitigación, adaptación al cambio climático, y por las pérdidas y daños crecientes.

También hizo conocer de la sequía que afecta a diferentes regiones de Bolivia, una causa de la crisis medioambiental, que atribuyó al sistema capitalista, y que tiene afectaciones en la producción de alimentos y en la seguridad alimentaria.



“A todos (en el foro) creo que nos ha quedado claro que no vamos a poder cumplir las metas establecidas por Naciones Unidas”, aseguró e identificó a los factores, entre ellos la guerra Rusia-Ucrania, la crisis climática y la pandemia de COVID-19, aunque reconoció que ya había una demora que se arrastraba.

Restan siete años para alcanzar las 169 metas bajo los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, que fueron trazados en 2015.

“La realidad está ganancia a los discursos de interpretación, de buenos deseos, de propuestas, pero que al final de no cumplen”, insistió.

Durante su intervención en la asamblea de Nueva York comprometió esfuerzos en la dirección de cumplir los compromisos asumidos, pero advirtió que “necesitamos un golpe de timón de proporciones históricas a través de acciones colectivas sin precedentes, debemos desechar el capitalismo y promover políticas más humanas, redistributivas del ingreso y compatibles con la Madre Tierra”.

“Creo que todos los países tienen que darse cuenta que la realidad es mucho más cruel de lo que estamos diciendo”, insistió y explicó que el desarrollo para países como Bolivia se ve mucho más complicado porque, a diferencia del pasado, ahora se debe buscar un equilibrio entre ese desarrollo y el cuidado de la Madre Tierra.

Para Arce, ningún país estará a salvo de los efectos de la crisis climática, independientemente de su fortaleza económica o potencial agroindustrial.

Quienes piensan así, “están equivocados porque la velocidad con la que está viniendo la crisis climática va a ganar a todo tipo de capitalismo e inversiones”, reiteró en una visión pesimista del futuro de no haber compromiso y acciones para enfrentar esta situación.

Fuente: Opinión

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